Me tendrás cada día que los sueños
me guíen tras la senda de tú alma sedienta de la mía.
El día que tu cuerpo no pueda resistirse al éxtasis del amor.
Balanceando la pasión en llamas
sin limitar el ardor de nuestros cuerpos
Mezclados en anhelos de la piel
Besando cada cicatriz del pasado.
Sin dejar ningún lugar del alma curado
De tal forma que gozamos como dos seres amándose
“Llegando al Olimpo de los dioses”
Me tendrás y te meceré envolviéndote
en el lecho de pasiones tejido con millones de estrellas
alimentado con mis besos carnosos sabor a ambrosia de los dioses.
Saciando el hambre de tu carne y la sed de tu alma.
No podrás borrar en tu boca el dulce sabor de mis labios
y el cielo de tu vida no podrá limitarse al olvido
tu corazón pertenecerá el latido del mío
Te alejaras tras la senda sin dejar atrás mi camino
cubrirás la tierra con huellas de tu dolor solitario.
Yo en silencio me pegare a tu sombra, y cobijada por ella,
te iré protegiendo como un soldado dando lo más puro de mí ser.
¡Y con dulzura repetiré, esos gestos suaves de tu mirada!
y seguirás amándome al igual que desde el principio
En que nos declaramos amados
y meceré en secreto en mi alma nuestro amor eternamente.
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