La Poetisa.


Quería arrancarle el alma
La esencia sublime de la poetisa
Y guardarla en su jaula de oro y cristal
Decía desafortunadamente
Yo solo quiero el alma de la poetisa
Solo eso quiero, ya que solo eso posee
Se la arrancaría si pudiera a tiras.
¡Cruel e idiota humano!
Ella con su locura, con su sensibilidad
Con sus preguntas de niña, que tanto incomodan
Ella es la poeta, su alma habita en su ser
Y sin ella no hay poeta, el alma al aire, danza
 Mística e inquieta, así es ella, siempre enamorada
Con las rosas porta las espinas como corona
Que hace brotar la sangre, con la que escribe la poetisa
Ya que no hay rosa sin espinas
¡Cruel e idiota humano!
Su sangre roja brota y late en su corazón
Cada vez que escribe la poetisa,
El alma es la esencia en su vida;
Y no puede vivir sin ella,
Su alma jamás debe morir,
Ya que si careciera de vida no sería alma,
Solo la abandona cuando su cuerpo ya sin vida
Repose hasta siempre, “Durmiente”
Y el alma sensible de la poetisa
Seguirá  viviendo eternamente
Más allá de la muerte, en cada escrito
En cada verso mezclado con la sangre de la poetisa.
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