Del
dolor del corazón, del amor,
Del
desengaño, de la ilusión, de la pasión
Así
nació el primer poema escrito con lágrimas
Y
firmado con la sangre que derramó,
Un poeta a las puertas de la desesperación,
¡Ay
de mí, mi amado!
Que
por querer quererte tanto, peno y muero en ti
Y
sin ti no hallo razón de existir y muero también.
Gran
desdicha la mía, que no domino mis impulsos
Y
dejo que me lleves a la deriva, tras tu alma vida mía.
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