Mi cuerpo y mente seguían debatiéndose entre los miedos, las inseguridades y todos los fantasmas que en mi tú volcaste, arrastrándome hacia un futuro incierto más lejos de la razón tanta adversidad y tanto desazón quemaron mi ilusión, desesperada mis lágrimas recorrían mis quemadas mejillas, y un suave susurro de mis labios temblorosos del inmenso pánico impidieron salir de mi boca ni una sola palabra, todos aquellos sueños que creó mi agonizante mente y en el corazón quedaron inmortalizados en el tiempo, ¡pérdida de mí alma! ella no la abandono al maltrecho corazón que se desangraba ¿Cómo pudiste dañarlo? A pesar de seguir amándote, bebí del vaso que me brindaste lleno de ira, envidia rencor, creí morir del dolor, aguanté en silencio, avergonzada, las amenazas y las calumnias, permití que marchitaras y pisotearas mi corazón, escondí mi valor por no empeorar la situación; dejé que me odiaras aunque nunca tuviste la razón, decidí dejar que me sacaras de tu vida, sin darme una explicación. Aquellas palabras me mataban; yo gritaba y lloraba desgarrándome el alma, no soportaba tanto dolor, ¡callé! jamás pedí una explicación, no tuve valor y me aferré a los recuerdos. Me conformé con dormirme y soñarte dejando que el tiempo hallase una razón; ¿lo deseaste así?, sigo viva, debilitada por los momentos que martirizan mi angustiada mente en busca de una razón; sigo tus huellas, buscándote en mis sueños, latentes tus besos y caricias y me dejo llevar mientras reconstruyo mi cuerpo con mis versos, respiro y salgo de mi mente perdida dejando espacios vacíos ¡Loca pasión! no existe lógica que pueda definir el porqué de tanta humillación y la falta de valor al no darme un porqué, mi amor, ni te despediste, ¡Qué fácil fue tu decisión!
Cobardía vil e infame que mató mi corazón.-
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