Alma sin sosiego.-


Y mi cuerpo al fin dormido, descansará
En una fosa, envuelto en hojas de naranjo
Y su losa de fina forma nacarada. 
Mis huesos gastados por el dolor y los años
De crueldad y atormentada por mis sueños
De este mi cuerpo delirante,
Que te amaba sin apenas conocerte.
Momento de felicidad que tú tuviste a bien regalarme
Que llenó mi vida en tan solo un instante de amor verdadero.
Noches donde fielmente dormí tus desvelos
Ya que yo mi amor, velé tu sueño. 
Y sufro y muero por ver cómo te consumes por dentro
Y ahora el recuerdo hace que sufra y por ello muero.
A mi cuerpo ahora apenas queda la piel 
Que un día cubrió cuando era bello 
Y lleno de deseos y anhelos.
Su pelo hermoso y el aroma sensual 
Desprendía a su paso, a pesar de ser yo alma sin sosiego.
Se confundirá en la memoria del ahora olvido
Como mujer que abraza el amor verdadero. 
Mis labios pálidos, sin carmín 
Mis ojos, sin brillo de estrellas. 
Seré tan sólo huesos sobre piedra,
Y al final tan solo arena del desierto
Y al abrir el sepulcro volaré como el polvo
Tocaré la puerta dulcemente 
Ahora, hábitat de mi alma
Donde mis ojos cerrados sellarán un final en mi memoria
De aquellos versos que guardé celosamente
Guardaré secretos inconfesables 
Tan profundos como hirientes
Y sellaré el porqué de ese silencio turbio 
Con sabor a hiel de un cruel desengaño
Noches donde fielmente dormí tus desvelos
Ya que yo, mi amor, velé tu sueño 
Y sufro y muero por ver cómo te consumes por dentro
No habrá dudas de el porqué, del tal vez 
O si habría un después 
Y me confinaré en mi mente atormentada 
En los locos delirios de mi razón ausente
Y partiré diciéndole adiós a la niña que un día fui 
Que lloraba cada noche en busca de tu corazón
Desandaré el camino andado con paso firme
Buscándote entre las sombras de aquellos 
Fantasmas que dulcemente susurran mi nombre 
Y te encontraré al final de mi cruel existencia
Entre mis delirios de loca enamorada
Y guardaré aquel amor que un día nació de ti 
Y así seré de nuevo yo, con labios carnosos
Y cuerpo cubierto de carne viva y alma sin sosiego
Cabizbaja, errante y atormentada alma la mía 
En busca de ese amor 
Que llenó mi vida en solo un instante.
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