Murió su amor del alma y con ella sus
ganas de vivir, pensando que Dios lo llevaría con ella. Un fragmento del
corazón se desprende pero se adhiere al alma y no se aleja, recordándole el
duelo, arañándole el espíritu. El dolor es tan grande que le falta de aire, le
cuesta respirar sin agitarse, se ahoga y
su alma trasnocha como un fantasma en pena. El dolor le desgarra profundamente,
es hiriente, murió el amor, la esperanza, y con ella toda la ilusión, de tarde
en tarde tal vez un beso con sabor a carmín y perfume de mujer, de tarde en
tarde tal vez, quizás de cama en cama huyendo de sus fantasmas depositando
amores falsos en corazones que al salir el día no quiere recordar. Olvidándose
del espirito libre, tan solo esperar que la parca le lleve, dejando huella de
un destino cruel, lamiendo su pena y su condena fingiendo estar vivo, que ni
quiere reconocer que ansía el amor perdido que vuelva en él a nacer. Cree que
no es humano, pero se engaña a sí mismo, o quiere creer engañar. Él, que vive y
sueña con el amor todos los días, que prefiere el de carne y hueso, de tarde en
tarde tal vez un beso con sabor a carmín y perfume de mujer, huyendo de sus
fantasmas depositando amores en falsos corazones que al salir el día no quiere
recordar, el que le da abrigo y cobijo y muere por él, incapaz de matar sus ganas
de amar y encontrar ese amor de verdad, que
ha desahuciado por puro egoísmo.
Eres injusto y duro contigo ¡Levántate
y lucha!, te has dado por vencido, eres
un desertor, cruel, vil, desgarrador,
hiriente, y no trasmites nada, te haces acompañar de la soledad el infortunio y
la muerte y la provocas para que te lleve con él que hasta tu sombra te teme. Ese
amor no solo está en los escritos, existe de verdad. ¡Qué tristeza! estás lleno
de quiero y no puedo, me gustaría y no sé cómo hacerlo, no lo digo pero te lo
dedico, no lo escribo pero lo siento. Yo siempre digo lo que siento, sobre todo
en lo relacionado con los sentimientos, eres un ser lleno de inquietudes y
miedos, te das por vencido y no quieres luchar. Llenas un mar de dudas donde te
ahogas y no ves salida. ¿Cuánto has querido? ¿Cuánto te han querido? Amores y
amantes que para ti han llegado tarde y a los que no encontraste sentido. No sé,
¡Dímelo! me parece de cobarde que alimentes la pena, no es tu hora, ¡Levántate
y lucha! Todavía no llegas tarde, despréndete del pasado y libera tu alma ¡Ella
ya ha sufrido bastante!
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