Hubo un día que no creí pertenecer a ningún lugar de esta vida
Y de esta vida me quise ir, me deje morir Para vivir en otra vida
Y me dormí esperando mi partida y soñé que despertaba
Al oír la voz de un ángel que me decía: ¡Despierta mi niña!
Y sentí su tierna mano acariciando mi mejilla
Y su luz de voz me decía: despierta, vuelve, no es tu momento
Vuelve mi niña y sentí el calor de sus labios en mi frente
Cuando me besaba y me decía, vuelve pequeña, no es tu día
Y pensé que estaba en el cielo preparada para despertar
Pero aun estaba dormida y soñaba, que dulce despertar
Después de partir de esta triste y miserable vida.
Y volví a oír otra voz que nerviosa y con alegría repetía
Ya está aquí, ya está de vuelta, la recuperamos, ¡pobre chiquilla!
¿Por qué lo haría? ¡Sí sólo es una niña!
No sabían que mi corazón desfallecía, que se moría
Que se rompió en mil pedazos, que el amor lo mato por sufrir como sufría
Y me moría no quería estar viva, y me olvide que estaba aquí
Y me dormí de nuevo soñando que jamás volví a esta vida
Y partí para siempre de nuevo del cuerpo
Que no me pertenecía y empecé a llorar lágrimas de dolor, de desdicha
Lagrimas de ira al abrir los ojos y ver que seguía en esta errante vida
Y ese día dulcemente me volví a dormir
Por no ser este mundo al que yo pertenecía
Y con qué dulzura me deje morir para poder vivir feliz en la otra vida.
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