Cuando nos separamos
En silencio y entre lágrimas,
Con el corazón partido,
Apartándonos por años,
Tu mejilla se volvió pálida y fría,
Más fríos tus besos;
Y es verdad que aquella hora predijo
El dolor de esta.
El rocío de la mañana
Se hundió gélido en mi frente,
Lo sentí como el preludio
De lo que hoy siento.
Tus votos fueron quebrados,
Y ligera es tu fama:
Escucho decir tu nombre
Y comparto su vergüenza.
Te nombran en mi presencia,
Lúgubres voces en mis oídos;
Un estremecimiento en mi camino:
¿Por qué tanto te he querido?
Ellos no saben que te conocí,
Los que te conocen demasiado bien:
Largo, largo tiempo he de arrepentirme de ti,
Hondos pensamientos que jamás diré.
En silencio nos conocimos,
En silencio me lamento
De tu corazón proclive al olvido,
Del engaño de tu espíritu.
Si llegara a encontrarte
Tras largos años,
¡Cómo habría de saludarte!
Con lágrimas y silencio.
Lord Byron (1788-1824)
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