Que loco amanecer, mordiendo tu sonrisa;

Y amarte hasta caer, perdido en tus caricias

Que bello amanecer, sudando entre las sabanas;

Volverte a recorrer, jugando con malicia. 

Embrujados, encendidos, indecentes, escondidos

mis manos como garras se han prendido de tu piel. 

Prisioneros de la luna reinventado la locura,

entre gritos y ternura, “tú y yo”-.

Los momentos sin medida; devorándonos la vida.

Que tierno amanecer, somos un mismo lenguaje en la entrega,

donde toda nuestra esencia 

recorre el caudal de la sangre;

Haciendo latir los sentidos dormidos, 

sin espacios entre tu cuerpo y el mío.

En silencio el palpitar de nuestros corazones,

como único sonido nuestros alientos agitados.- “Temblaran”-

Sintiéndose cómplices devorándose; con nuestras bocas a besos; 

Encendiendo todos los deseos ¡sentirte solo mío!-

Que delirante amanecer, en secreto contigo hazme viajar;

por los secretos de la pasión, cíñeme a tu cuerpo desnudo,

exploremos cada rincón más profundo de nuestras almas.

Te siento en todo mí ser, gozare hasta esbozar,

los últimos alientos abrazados entre suspiros y besos.-

-¡Qué dulce amanecer!-  

(Con la colaboración de Luis Rubén Barrienuevo)