“El viaje final”-

          

 Cuando notaba que su vida se escurría entre sus dedos, atrapada entre mil noches de pesadillas  sin ningún tipo de esperanzas, cuando ya no le quedaban lágrimas que derramar y sus ojos perdidos en lo más profundo del infinito, se sentó al borde de un precipicio en una montaña a la que solía ir a meditar, todo estaba en silencio, no oía los cantos de los pájaros, ni silbar al aire tampoco lo sentía acariciar su tez y alborotar su cabello. Se preguntaba una y otra vez, el porqué estaba allí, si le había entregado la vida, había perdido  el dulce sabor de los besos; su cama vacía y sus sabanas frías, la fragancia de su aroma se había desvanecido por completo. Y su vida agonizante en sus entrañas, revolvió su alma herida y su cuerpo de un latigazo se estremeció, alzo su mirada hacia el cielo y entre nubes azuladas empezó a caer gotas de lluvia de esperanza, lanzaba su mirada al infinito, buscando entre las estrellas al ser que le había empujado a aquel abismo derrochando una cruel locura, a la  que se aferraba con pasión, empezó a susurrar entre dientes la melodía de una canción de amor; se cruzo los brazos sobre la cintura y acurruco su cabeza entre sus rodillas apareció un ángel de luz y bellísima sonrisa, tendiéndole sus finas manos llenas de esperanza y de amor. Ya no deseó besar la noche oscura, sino estrechar a su bello ángel entre sus brazos y quedarse en ese abrazo fundido para siempre; deslizando
Su frágil cuerpo al espacio y empezó  a volar como un pajarito agitando sus alas, dejándose llevar abrazada a su ángel;-
-“El le había venido a buscar y acompañarla en ese viaje final”-
          
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